Mientras el Gobierno avanza en sus planes de privatización de las pensiones con la aprobación en el Consejo de Ministros del 23 de agosto del proyecto de reforma de las pensiones que remitirá al Congreso, proceso que dio su primer paso con el acuerdo firmado por el gobierno, las patronales y los “agentes sociales” CCOO y UGT en julio, el movimiento pensionista ha sido convocado en dos fechas distintas, una el 2 y otra el 16 de octubre, para movilizarse a Madrid contra ese plan de privatización de las pensiones.
Se trata de un plan que ha sido denunciado por todas las plataformas y sindicatos alternativos como la primera etapa de un nuevo proceso de privatización. La convocatoria en dos fechas distintas una por la COESPE-O (oficial) y otra por al COESPE-U (unidad) no obedece a diferencias programáticas ni de objetivos. Las únicas diferencias son de aparato por el control del movimiento donde juega también la política de no querer enfrentar de conjunto al gobierno por parte de Unidas Podemos que es lo que realmente hay detrás de esta división.
La inmensa mayoría de pensionistas y trabajadores no entienden esta división y por supuesto están ajenos a las batallas internas de las organizaciones convocantes. Está claro que esta división en la lucha va contra el éxito de la misma y es un gran favor que se le hace al gobierno y sus planes de privatización de las pensiones.
Mientras las direcciones de CCOO y UGT con el gobierno y las patronales tienen las manos libres para firmar acuerdos contra los intereses de los pensionistas, los representantes de Unidas Podemos (UP) señalan que el acuerdo firmado es un progreso para los pensionistas. UP pretende vender los cambios en ciernes como un triunfo de su presencia en el gobierno (https://www.que.es/2021/06/28/podemos-celebra-acuerdo-pensiones/) una pretensión que va en contra de la opinión de todas las organizaciones de pensionistas, situación que ha dejado descolocados a los militantes pensionistas de UP.
El incidente revela una vez más la función del “ala izquierda” del gobierno, que ya venía de la firma del Pacto de Toledo. Mientras resaltan el ajuste de las pensiones por el IPC obvian que esta conquista fue obtenida de hecho por el movimiento pensionista bajo el gobierno de Rajoy y que el gobierno de coalición entre PSOE y UP no ha tenido más remedio que respetar. Es una conquista de los pensionistas mediante su lucha y no una concesión graciosa hecha por el gobierno.
Lo que ocultan con sus declaraciones es que el gobierno implantará una medida correctora de la cuantía de las pensiones de acuerdo con las expectativas de vida de los trabajadores en sustitución del Factor de Sostenibilidad anterior. O que se castigará a la jubilación anticipada en las carreras de larga cotización mediante coeficientes reductores. También ocultan que en el 2022 se intentará colar la mochila austriaca. Mientras tanto Unidas Podemos festeja el acuerdo entre agentes sociales y el ministro de la Seguridad Social dejando en ridículo a la propia COESPE Oficial.
Desde el Grupo de Independencia Obrera (GIO) al igual que lo hizo la coordinadora de pensionistas de CGT y una parte del activismo, consideramos que debemos apoyar y participar en las dos concentraciones, la del 2 y la del 16 de octubre. Que el fracaso de cualquiera de las dos es un fracaso en nuestra lucha y la lucha por su triunfo sería un avance del movimiento y de su unidad. Por otro lado consideramos que las movilizaciones y concentraciones deben tener como objetivo movilizar al conjunto de la clase obrera y se debe plantear la necesidad de una huelga general contra los planes del Gobierno, de la Banca y de la Unión Europea, planes que incluyen no solo la privatización de las pensiones sino de la salud y la educación y toda una ofensiva contra los derechos de los trabajadores.
Por la derogación de las contrarreformas laborales y de pensiones, no a los recortes, no a los Eres y Ertes, no a los cierres de fuentes de trabajo, basta de precariedad laboral, contra las privatizaciones, contra los tarifazos en los servicios y la luz.